Institucionalizar la experiencia del Voluntariado para fortalecer la vinculación territorial en salud
Luego de dos años de pandemia la UNAJ vuelve a la presencialidad, y entre las acciones que se están llevando adelante de cara a esta nueva etapa, se destaca el relanzamiento del Voluntariado Universitario Vicente Ierace, a partir de la resolución del Consejo Superior que lo convierte en un Programa de Vinculación, con el objetivo de integrar las experiencias que surjan desde el Instituto de Ciencias de la Salud en relación con el territorio, tomando como base la valiosa experiencia del Voluntariado en la lucha contra el Coronavirus.
El director del Instituto de Ciencias de la Salud, Martín Silberman, se refirió a esta nueva etapa del Voluntariado que aparte del Covid “abarcará otras problemáticas a las que el Instituto siempre le quiso dar respuesta”.
En efecto, el Programa de Vinculación permitirá realizar campañas de prevención y promoción de la salud en temas como alimentación saludable, educación sexual integral, detección y prevención de riesgos en escuelas, edificios públicos e instituciones barriales, o alfabetización. “Un abanico de cosas que antes, al estar muy enfocados en la pandemia, no podíamos abarcar y ahora podemos abordar”, señala Silberman.
El director del Instituto de Salud subraya además el valor pedagógico que tiene el Voluntariado para los y las estudiantes: “Desde todas las carreras tratamos de recrear escenarios de práctica: en laboratorio, en clase, en un simulador. El Voluntariado es aprender en la vida real, en escenarios reales, con casos reales, teniendo que comunicar, tomar decisiones en escenarios que varían mucho, siempre acompañados por un docente. Para nosotros es central que esto sirva como un momento de aprendizaje”.
Por su parte, Liliana Rivas, docente de la materia Salud Pública y responsable del Programa destaca que “lo más importante es que se va a trabajar interaccionando con el Consejo Social Comunitario y que los estudiantes participantes van a poder acreditar en sus trayectorias esas prácticas”.
Con el objetivo de fortalecer el vínculo con los actores del territorio, el programa propone como novedad la conformación de un Consejo Social de Salud, que estará integrado por representantes del Instituto, de las distintas áreas responsables de Salud y Desarrollo Social de los municipios de la región y de las organizaciones sociales del territorio. De esta interacción surgirán las estrategias a desarrollar, en relación a los problemas de salud considerados prioritarios por su prevalencia, gravedad y trascendencia sanitaria y social.
Entre las innovaciones que incorpora, está la decisión de promover la “curricularización” de las actividades de vinculación integrándolas a trayectos curriculares de una o más asignaturas de las distintas carreras del Instituto y de otras de los demás institutos de la Universidad.
Por otra parte, se propone generar una estructura de trabajo en torno a distintos ejes: promoción de la salud y prevención de problemas de salud, eje asistencial, eje de prevención en situaciones de emergencias y/o desastres, trabajo en investigaciones de campo, y formación y capacitación.
El Voluntariado como experiencia de vida y de formación
La pandemia de Covid 19 generó todo tipo de impactos negativos en nuestra comunidad universitaria. Sin embargo también provocó cambios y efectos positivos. Entre ellos, la irrupción de la solidaridad por parte de cientos de estudiantes que se volcaron masivamente a realizar acciones de voluntariado como una forma de contribuir a contrarrestar los efectos en el territorio de lo que hasta entonces –marzo de 2020– era un mal casi por completo desconocido.
El día 3 de marzo de 2020 Argentina anunciaba el primer caso de Coronavirus en el país. Apenas un par de semanas después casi 3 mil estudiantes y graduados de distintas carreras respondían a la convocatoria de la universidad para conformar el Voluntariado Universitario Vicente Ierace.
A partir de ese momento, las y los estudiantes, graduadas y graduados que se sumaron a la iniciativa desplegaron una multiplicidad de acciones a lo largo y a lo ancho del país, poniendo en juego no sólo los conocimientos técnico-profesionales que habían adquirido en sus carreras sino también, y fundamentalmente, una concepción de la salud y de la educación profundamente arraigada en la comunidad y al servicio de las necesidades del pueblo.
Durante estos dos años de pandemia, nuestros voluntarios se ocuparon de recibir a los argentinos repatriados en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el Palomar y en terminales de trenes y colectivos, y de brindarles atención en los hoteles que por entonces comenzaban a funcionar como centros de aislamiento. Brindaron atención y seguimiento en centros de aislamiento municipales; realizaron testeos masivos en las estaciones de Constitución, Retiro y Once, contribuyendo además con el Proyecto análisis serológico para evaluar la circulación del virus. Participaron en la Implementación del plan DETECTAR en el Conurbano Bonaerense y CABA, y en el programa de profesionales itinerantes, implementando el plan DETECTAR en el interior del país llevando adelante distintas iniciativas en las provincias de Chaco, Jujuy, Salta, La Rioja, Santa Fe, San Juan, Chubut, Río Negro, Santa Cruz, Neuquén. Realizaron hisopados en terreno en las localidades de Florencio Varela, Berazategui y La Matanza; capacitaron a estudiantes para tareas de orientación telefónica y realizaron tareas de triage en centros de salud y hospitales. Se sumaron a los equipos móviles de vacunación y colaboraron con la campaña de donación de sangre organizada por el Hospital El Cruce Néstor Carlos Kirchner, entre muchas otras acciones.
Cristina Paniagua, tiene 53 años y es estudiante avanzada de la Tecnicatura en Emergencias Sanitarias y Desastres. Es voluntaria desde 2016, cuando se sumó a una convocatoria para realizar talleres de RCP destinados a la comunidad.
Durante la pandemia comenzó realizando tareas de atención a repatriados en los hoteles que comenzaron a funcionar como centros de aislamiento. “Fue una experiencia muy buena, donde jugaba mucho lo emocional, había que contener e informar a las personas, muchas familias que venían de afuera y no podían volver a sus provincias. Había que explicarles a las personas el por qué de la cuarentena”.
“Fue un trabajo arduo pero muy generoso porque dejó en nosotros mucho aprendizaje. Tuvimos la oportunidad de volcar lo que aprendimos en muchas materias, fue la mejor práctica que pudimos haber tenido, lamentablemente en ese contexto. Creo que eso nos hizo crecer mucho como futuros profesionales”, destaca Cristina.
Luego de esos primeros días se sumó a los operativos de testeos en las estaciones de trenes: Constitución, Retiro, Once. “Jornadas donde había que organizar toda la dinámica del operativo. Fueron operativos muy exitosos que nos dejaron bastante experiencia. También me tocó hacer la cobertura en Jujuy, donde viajamos un grupo de cuatro estudiantes para asistir a la provincia, para ayudar y acoplarse al sistema de salud en un contexto bastante fuerte de la pandemia.”
Como balance sostiene que “La experiencia con el Voluntariado es maravillosa. me demostró que estoy en el lugar que quiero y haciendo lo que quiero”.
Evelyn Castillo, es egresada de la Tecnicatura en Emergencias Sanitarias y Desastres. Se sumó al Voluntariado en la primera convocatoria que se hizo en el año 2020 cuando empezaban a conocerse los primeros casos de Coronavirus. “Era un virus desconocido –destaca– mucha gente le tenía miedo, yo le tenía respeto pero no miedo y decidí anotarme. Se necesitaba gente que quisiera estar y dar el primer paso para hacerle frente a la pandemia”.
Evelyn define su experiencia como voluntaria con tres adjetivos: agradable, particular y diversa. Agradable porque “como en todo voluntariado, estar con personas que luchan por un mismo fin o comparten tus mismos valores ya lo vuelve una situación linda. Particular porque si bien siempre hice voluntariado, nunca me había tocado estar frente a algo desconocido, luchar contra algo que no sabíamos qué tan malo podía ser para nosotros y las consecuencias de ello. Diversa porque nos ha tocado vivir muchas y muy distintas situaciones. Eso generó mucha experiencia y fue muy bueno, fue una experiencia única”.
En estos dos años, a Evelyn le tocó realizar múltiples tareas en lugares tan distantes como: Jujuy, San Juan o Santa Fe. Hoy sigue realizando tareas relacionadas con el Covid en Municipios como La Matanza, Berazategui, Florencio Varela, entre otros.
“Como estudiante el Voluntariado me aportó motivación. Mi meta era aprender y recibirme, y el Voluntariado me permitió aplicar lo que había aprendido en la Universidad y eso me motivó para cumplir mi objetivo sin desviarme, y hoy en día soy egresada de la carrera”, rescata Evelyn, y agrega: “Para mí el voluntariado tiene mucho valor, porque crecés como persona y crecés como estudiante. Como estudiante, siendo parte de una carrera de Salud, y en una situación de pandemia, aprendí un montón y me dio un montón de valores”.
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