CEDRON LUCHO HASTA EL FINAL

Cedrón luchaste con todas tus fuerzas para poder vivir, pero no lo lograste. Cedrón murió.

Bajo el secreto de las torturas que te hicieron padecer. Secreto que los decían ser tus dueños saben, pero que deciden callarlo. Ocultarlo. Romantizaron tu tortura con cuanto pretexto hubo.

Fracturaron tu cráneo en varias partes, te dejaron ciego completamente y sin remedio, te perforaron el ojo, te fracturaron parte de la pierna, tus ligamentos quedaron rotos, te seccionaron parte de tu lengua, tu cuerpo supuraba mientras te dejaron sumido en la desnutrición.

Dos días pasaste tirado porque el traumatismo en tu cabeza era tan grande que no permitía que te pongas en pie. Y lo padeciste solo, hasta que un alma decidió apiadarse de vos y buscar ayuda junto a más vecinos.

Una esperanza de que puedas salvarte había nacido en todos nosotros. Tu daño neurológico era severo y aún así nos demostraste a cada segundo tus ganas de vivir. Nos llenamos de optimismo en cada hora que pasaba, en cada día a tu lado. Era tu única oportunidad de sentir la libertad.

Y así como la ilusión crecía, el golpe fue aún más duro. Retornó tu signología neurológica, tu incoordinación y al recostarte por primera vez en tantos días empezaste a manifestar el movimiento involuntario de tus ojos. Los fragmentos oseos que tenías en la cabeza, consecuencia de las fracturas, habían perdido su estabilidad y generaron un aumento de la presión intracraneana que te llevó a la muerte.

Cedrón sufriste como pocos. Es imposible entender tu dolor ¡Pero calma Cedrón que la muerte ha llegado a sacarte de este mundo tan cruel, a sacarte de tanto padecimiento!

Hoy descansas. Nosotros te lloramos y nos quedamos con el trago amargo de ver que a veces nada de lo que se haga alcanza para tanto subsanar tanto daño inmerecido. (Por Caballos de Quilmes).