ENFERMERO DE BERAZATEGUI SE SALVA DE COVID-19 PERO NO DE LA NEGLIGENCIA HUMANA

El enfermero Carlos Raúl Jaime (52 años) estudiaba medicina en la Universidad Jauretche (UNAJ). Cursó la primaria en Avellaneda y la secundaria en la 6 de Ranelagh, donde llegó a ser docente.
Su labor era reconocida en el Centro Sábatto y en el Hospital Presidente Perón (ex Finochietto) de Avellaneda.


El 14 de julio al terminar otra jornada laboral en el Sábatto, con síntomas de Covid-19, fue internado en el Hospital Evita Pueblo. Fueron varios los días sin confirmar que tenía Coronavirus “estaban medicándolo para ver qué tipo de neumonía tenía”.
Le habían pasado una medicación que no correspondía y le suministraron otra, que le ocasiono un gran daño a los riñones.
Cuando le hicieron otro test de Covid-19 le dio negativo, las razones de su muerte fueron mala atención y negligencia.
En el Evita Pueblo, la doctora a cargo era Cecilia Neuman dijo “el director del Hospital Juan Esteban Marini a un familiar del fallecido y que se encontraba estable, pero con requerimiento de oxígeno ya que es un paciente de cuidado se lo está tratando en forma adecuada”.


El 24 de julio por el mal trato que recibió, la familia lo trasladó a otro lugar y IOMA decidió que fuera al Policlínico de Lomas de Zamora, pero la negligencia continuaba, no contaban con insumos y decidieron darle el alta el día 28, sin parte médico ni información detallada.
Estuvo tres días en su casa, sin oxígeno.

El 31 de julio debió ser internado en el hospital Perón, de Avellaneda. El 1 de agosto le envió mensajes a la familia para avisar que no lo habían medicado y que ningún doctor pasó a verlo.


Ese sábado, su partida sorprendió a gran parte de la comunidad que publicó muchos comentarios en las redes para desearle condolencias a la familia, así como también palabras de despedida y muchos acusaron al Hospital Evita Pueblo de Ranelagh por mala praxis y su pésima atención.
El director del hospital se puso a disposición de la familia.
Carlos era paciente de riesgo era diabético, padecía de hipertensión y tenía el corazón agrandado, por eso tomaba cardovidol. En dos oportunidades solicitó licencia médica, pero fue negada por las autoridades del Hospital Presidente Perón.

Marisol Torres hizo abandono de persona (Supervisora de Enfermería de la Secretaría de Salud municipal) la cual no tiene matricula profesional. La familia la responsabiliza y tomara acciones legales.


Este es el trato que recibió un hombre que brindó todo por sus pacientes, pero no fue el mismo que le brindaron a él. Muchas personas han recibido y reciben un trato similar al de Jaime. Los motivos pueden ser negligencia, saturación del sistema de salud, falta de profesionalismo, entre otros.
Se debería tratar y asistir con profesionalismo a cada paciente que ingresa a un hospital o clínica, ya cada vida vale mucho y no es un simple número como mencionan algunos políticos y médicos.
Hubo muchos indicios que se debieron tener en cuenta para que esto no suceda. En esta ocasión costó una vida y genero dolor a familiares y a la comunidad.


Hijo de Gladys Argentina Pereira y Segundo Ignacio Jaime, hermano de Fernanda Jaime y María Rosa Jaime (la mujer de Julio Ortega, fundador del periódico La Misión). Tenía sobrinos/as, a Carlos lo veían como figura de padre desde años por su gran cariño y constante apoyo hacia ellos (Daniela, Yesica, Micaela, Nicolás, Shaiel y Nahuel Fiorentino, más David, Jesús, Matías, Tomás y Miguel Ortega).

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