Leticia Seliman nos ha dejado. Gracias a Dios, supe tener la mejor madre. La Turca me dejó, ya nos vamos a encontrar cuando me llegue la hora. Qepd.
Sara Leticia Selimán (79 años) nació en Gualeguay, Entre Ríos, un 8 de abril. ¡La Turca fue hija adoptiva de Berazategui desde 1960!
Maestra Normal Nacional, ejerció como docente por poco más de 40 años. Como resultado de su interés por la comunidad, incursionó en la política.
Distinta a quienes enarbolan banderas o doctrinas para ganarse un puesto, Leticia fue en la búsqueda de herramientas democráticas para ayudar al prójimo, a la comunidad, y lo hizo desde distintos territorios poíticos, con un solo estandarte: trabajar para su pueblo, para Berazategui.
Se involucró en forma indistinta tanto con los históricos partidos Radical y Justicialista, pero con la meta de la comunidad. Leticia comenzó a marcar camino en su provincia natal, pasando por el Ministerio de Educación, la IMPA entre otros destinos, pero dejó huella, mucha huella, en la democracia de Berazategui, siendo distinguida por el voto del pueblo con una banca representativa de concejal, que ocupó con mucho orgullo, trabajo y dignidad, sin ocultar en ningún momento su altruismo y solidaridad que la identificaban.
Acuñó un pensamiento que fue adoptado por muchos sectores.
“Sólo con educación se obtiene un país mejor”.
Por eso, con su siempre reluciente guardapolvo blanco de docente, planteó a través de la política las herramientas necesarias para obtener un distrito, una provincia y un país lejos de vivir de rodillas, sino de crecer de pie.
Leticia no sólo fue abrazada por la democracia de Berazategui, sino que su afán la movió por distintos terruños de la provincia, hasta que en la histórica ciudad de Magdalena, sentó parte de su vida ayudando al pueblo en su crecimiento, junto a localidades aledañas que la vieron como una emisaria de la democracia y la educación, al punto de tener el honor de haber sido precandidata a intendente municipal.
Fue candidata a senadora provincial, participó de mesas de conducción nacional y provincial de fuerzas políticas que supieron de su afán de izar cada vez más alto la celeste y blanca, y hasta la última elección, sin entregarse al paso de los años ni rendirse a los ataques despiadados que ciertas enfermedades le infringieron a su humanidad. La incansable docente y vecina sigue sirviendo al Pueblo, en silencio, pero con constancia y dedicación que la enaltecen a la hora de quienes pasan por la vida desapercibidos o dejando huella.
Leticia Selimán no sólo deja huella todos los días, sino que muchos transitan ese camino para recoger sus enseñanzas, sus acciones, pero más que nada, su decencia.
A mi madre la considero una grande de Berazategui.
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