Un trágico accidente en el Camino Centenario, donde una mujer de 50 años resultó gravemente herida, ha expuesto la operación de la “Copa Nutria”, una serie de competencias de ciclismo clandestinas. Lo que comenzó como un grupo de ciclistas entrenando tras la pandemia, se transformó en una organización formal con características de carrera profesional, como motos de apoyo, transmisiones en vivo y premiaciones, pero operando completamente al margen de la ley. Sin permisos ni la seguridad necesaria, estas “competencias” ponían en riesgo a la comunidad y a los propios participantes.
La irresponsabilidad de los organizadores y la masiva participación de hasta 100 ciclistas en un mismo pelotón culminó en un lamentable suceso que podría haber sido fatal. El incidente, protagonizado por un grupo que corría sin miramientos, puso en evidencia la falta de conciencia de sus promotores. A través de redes sociales, se promocionaban las carreras, se mostraban podios y se insinuaban apuestas, todo a espaldas de las autoridades, hasta que la tragedia dejó al descubierto la ilegalidad y el peligro de su accionar.